El capitulo 5 del libro de Peter Burke, “Formas de hacer historia”, el cual es tratado por el historiador italiano, Giovanni Levi –llamado el padre de la microhistoria junto con Carl Ginsburg- intenta explicar esta línea historiográfica, desde una perspectiva comparativa con la antropología. El problema yace en la multiplicidad de referencias teóricas, en un ir venir de las ciencias sociales, sin poseer la verdad única de la ortodoxia en cuanto a la forma de hacer microhistoria.
Para el autor italiano, la microhistoria, es una rama de la historia que trabaja a pequeña escala, dando a conocer fenómenos que escapan de la historia de la macroestructura, usando elementos de la antropología, pero que no generaliza sino que más bien particulariza la construcción histórica.
El texto de Giovanni Levi, tiene una estructura ordenada, pero de gran densidad en una primera lectura, en la cual hay que tomar el tiempo suficiente para realizar la “digestión”. Aun así, el tratar de explicar la microhistoria con la antropología, como la forma de estudio de estas colectividades, genera discrepancias en la forma teóricas de las ciencias sociales. El análisis de las contradicciones de lo macro o de lo general, con lo micro e individual, implica maneras de estudio, en las escalas, la racionalidad teórica, los simbolismos, etc. en la generación de nuevo conocimiento que explicaría mejor el entretejido cultural, desde lo micro pequeño a lo macro grande.
Se pensaba que en los sesenta, dentro de la crisis social, habría un cambio radical, basado en contactos solidarios y conflictos entre los diferentes agentes sociales, a lo que los estudios del ser humano se han basado en el comportamiento, dando a la luz el fracaso de los científicos sociales.
La microhistoria, ha profundizado sus estudios de las realidades significantes de los individuos, pero en un principio solían hundirse en las raíces marxistas profundas alejadas de la metafísica. Es solo la búsqueda de la realidad del proceder humano, basado en la acción y el conflicto con un ente estructuralmente dominante, en la cual el individuo se mueve en cierta libertad, buscando la negociación y la decisión, frente a la normativa establecida.
Había que definir lo ambiguo del mundo simbólico y la pluralidad de interpretaciones, era vital refutar el relativismo y la simple interpretación de textos. Levi se encarga de hacer ver que no es solo un conflicto entre esta nueva forma de hacer historia y la tradicional, sino de la interpretación.
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