No solo es la imaginación, para Collingwood, sino que esta red debe pasar serio proceso de crítica. Que implica aquello. Las fuentes o las autoridades, deben ser interrogadas de forma exhaustiva. La construcción de este cuadro imaginario se confecciona al estilo policiaco, en otro sentido, en la recreación de los hechos de un crimen. Cada vez que sale una nueva prueba, esta debe ser analizada con minuciosidad, para luego ser rechazada o bien ensamblada a este tejido histórico.
A pesar que Collinwood es llamado un idealista, tiene –por lo analizado- ciertos atisbos positivistas, no en el sentido de crear o usar leyes, cosa que él rechaza de forma tajante, sino más bien el método. A pesar que el propone el uso de la imaginación, Collingwood, aun reconoce el viejo método de Langlois y Seignobos en la forma de tratar de las fuentes, el último punto comentado con respecto a la critica, es la viva imagen aun, de la heurística de los historiadores del siglo XIX. Esto implica la critica interna y externa, el análisis del origen, del contexto y del texto, de esta forma comprobar su autenticidad. Collingwood, recién es un principio de insubordinación a la cientificidad dura de la historia, pero tampoco se desarraiga de ella, en el uso de las fuentes y de su critica. No se alejó del método teórico de la cientificidad histórica de Langlois y Seignobos.
No obstante, teóricamente, Collingwood propone propuestas de la imaginación histórica[1], partiendo del no reconocimiento de éstos punto fijo de autoridades ni datos. Estos datos como acontecimientos o hechos históricos. Porque los antecedentes, no entregan nada a la imaginación, sino más bien es el mismo pensamiento histórico el que da el resultado en dato. Se entra en un tema vital, que es la problematización[2]. El historiador no habla de hechos tras hechos, concatenados, es mucho más allá. Hay ciertos problemas pertinentes a sus propósitos de trabajo, lo que implica que el pensamiento histórico pone esos problemas en el pasado, para que puedan ser planteados, esa es la clave, no interesa narrar “Carrera no logró tomar Chillán en 1813” sino en realidad “por que Carrera no tomó Chillán en 1813” , lo que interesa para Collingwood, es plantear o dejar sobre el tapete un problema. La respuesta esta en al recreación del pensamiento, entrar en la mente de Carrera y el uso de la imaginación para dar una respuesta tentativa. Justificado por el criterio del historiador. En este aspecto, la crítica de los antecesores y sucesores de Collingwood es lapidante, lo que implica ciertos puntos que no correspondería a tal explicación histórica. Carl Hempel, a lo que llama el método de comprensión empática, en la cual el historiador se identifica con sus héroes y logra el conocimiento, mas que una explicación, es un recurso heurístico, ya que su función reside en sugerir hipótesis psicológicas que pueden servir como procedimientos explicativos. En otras palabras, Hempel quiere decir que el uso de la imaginación histórica, es solo una herramienta en sí misma, pero no es una forma de explicación cientifica[3], a pesar que Collingwood, lo ve en un sentido de inferencia en el pensamiento.
Por otro, este trabajo en base al pensamiento histórico y la ilación de nodos, que son los datos históricos, es cuestionado por Walsh, en cierto sentido indica que tratar de demostrar un gran acontecimiento como producto del pensamiento no es lo mas indicado. Para él la “coligacion”, es el “procedimiento de explicar un acontecimiento rastreando relaciones intrínsecas con otros acontecimientos y deslocalizarlo en su contexto histórico”[4]. Walsh reconoce que su análisis sobre la coligación se acerca más a los pensamientos de Collingwood o del idealismo que de los de Hempel y los neopositivismos. De que ciertas acciones conllevan a ciertos acontecimientos históricos, lo que implica el termino de causalidad u de multi-causalidad, lo cuales están íntimamente relacionados. Pero el resultado de la simbiosis de todos los acontecimientos, no pueden ser explicados desde el pensamiento o de varios pensamientos que conjugaron en un resultado. Es incorrecto hablar que el imperio romano fue producto de la acción del pensamiento, que uno o varios hubiesen planeado la formación del imperio romano. Lo que para Walsh cae en lo absurdo. Para el autor, lo vital en el pensamiento histórico, es la forma de un todo coherente, en base a los acontecimientos, y se hacen inteligibles en la construcción de un relato significativo, haciendo un llamado a la explicación de los procesos en base a una narración estructurada[5].
[1] Frente a esta insubordinación de Collingwood a las corrientes neopositivistas, es importante señalar el pensamiento de Langlois y Seignobos con respecto a la imaginación y por ende a la hermenéutica “¿Cómo imaginar, pues, que no sean enteramente imaginarios? Los hechos imaginados por el historiador son forzosamente subjetivos. Es una de las razones que se dan para negar a la historia el carácter de ciencia” C.V Langlois y C. Seignobos, Introduccion de los estudios históricos, Buenos Aires. La Pleyade. 1973
[2] Collingwood “Ideas de historia” p.237
[3] Hempel. “La explicaron científica”. p. 242.
[4] W. H. Walsh “Introducción a la Filosofía de la Historia” p.66
[5] W. H. Walsh “Introducción a la Filosofía de la Historia” p.70
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