jueves, 10 de enero de 2013

La Resistencia a la romanización en “Orbe Romano e Imperio Global. La romanización desde Augusto a Caracalla” de Alejandro Bancalari.


 
Dentro de uno de los autores chilenos que ha puesto sobre la mesa de los estudios de la resistencia de los nativos al Imperio Romano, el Alejandro Bancalari. En su libro, Orbe Romano  hace un analisis de algunas de las propuestas de la oposicion de los pueblos conquistados a las politicas de la romanizacion. He aquí que hemos hecho un pequeño análisis de su trabajo y postura.
        En la obra del profesor penquista se pude apreciar el estudio del modelo de resistencia de  las provincias al proceso imperialista o romanizante  de la ciudad del Lacio. Hay que hacer notar, que este estudio es solo una pieza de esta gran obra que trabaja el proceso de la romanización desde diferentes ópticas, comentando además los diferentes factores que llevaron a cabo es proceso histórico que es innegable.
        El profesor Bancalari expone en primer lugar la resistencia dentro del marco de la definición de la romanización como la expresión de dominación, en contraposición, como la resistencia al poder romano al “cambio dialéctico” de una cultura sobre otra[1].
          Así de a entender que la visión de la oposición a Roma, tiene diferentes modalidades en la oposición de los pueblos conquistados.  Para ello cita al historiador argelino Marcel Benabeau, quien en su tesis doctoral explica la resistencia en África, desde un punto d vista militar como cultural, enfocándose mas que una historia romana a una historia africana, indicando que mas que una romanización de la provincia es mas bien una africanización de lo romano, explicado en un acontecer histórico no armonioso. Esta visión es contrapuesta por el estudioso  Y. Thebert, quien critica el concepto de resistencia ya que un término errado y no neutra como el de romanización, exponiendo a los nativos como héroes, infiriéndose un sesgo nacionalista y étnico[2].
            Alejandro Bancalari expone el caso de del Britania – el cual nos interesa- indicando que la escuela inglesa-nativista en sus investigaciones han dilucidado las causas del rechazo de una superficial romanización. De esta manera, se da a entender de una resistencia céltica en el mundo privado y una romanización publica de la Britania, presuponiendo de una resistencia pasiva del pueblo isleño a la dominación romana[3].
          Un crítico de la resistencia es Greg Woolf, quien en su obra Beyond Romans, indica que la romanización es factible y aceptada por las elites locales de las diferentes provincias. Aun así, África es tendenciosa en mostrar resistencias de tipo nacionalista y antirromano, demostrando una esterilidad de este suelo a la romanización.
          Para el profesor Bancalari, la resistencia es una realidad en las provincias del Imperio, pero que varía de región en región. Roma ejerció una fuerza imperialista brutal sobre los conquistados, pero advierte que no hubo rebeliones nacionalistas al estilo del siglo XIX[4], pero no se pueden negar los alzamientos y rebeliones locales, como el caso judío que fue a nivel de sociedad, y otros casos como el cántabro. El profesor penquista, explica que el caso britano en cierta manera hubo un rechazo y un desafío a la hegemonía romana, incluso después de la conquista, producto de los abusos y exigencias de las autoridades, los pesados tributos y reclutamiento, además del control de vida, lo que se traducía en la oposición a los intereses económicos y fiscales del Imperio[5].
           Es posible complementar a esta modalidad de resistencia la visión británica de la romanizacion como destrucción de la sociedad nativa[6] o bien la visión más conciliadora y sincretista de la criollización. La primera visión por cierto radical, pero que no se puede dejar de lado. Esta postura esta sostenida por R. Hingley, quien critica la postura del imperialismo defensivo y de tolerancia religiosa.[7] Hay preguntas que responder frente a la romanización o imperialismo romano, la reacción de los pueblos autóctonos a la conquista y el sostenimiento de la resistencia frente a la dominación. Los mecanismos de la romanización frente a la estructura tradicional autóctona, la resistencia activa por un lado y la pasiva por otro. La segunda postura parte desde la visión del insigne historiador Collingwood quien será el primero en poner sobre el tapete el concepto de hibridación, quien más tarde Webster de forma parecida prepondrá el concepto criollista. Este lente supera los procesos de resistencia, pasando a los procesos de adaptación, en el cual los sectores sociales medios y bajos tendrán una relación con el poder romano y la conservación de la identidad. Esto implicaría el no uso del concepto de la romanización, como la entrega de cultura de un ente superior al inferior, sino más bien como interacción sincretista tanto desde los planos dominantes a los dominados o bien al revés, dando origen  a algo nuevo, una cultura mestiza.[8]
            Por último, en Orbe Romano, Bancalari analiza el discurso de Calgaco[9] –escrito por Tácito, rey de los Caledonios, durante las campañas del gobernador romano de la Britania Agrícola. Se entrega la concepción del vencido, frente al imperialismo romano y la noción del nativo, implicando una visión crítica y negativa al sistema de gobierno romano. Se trata de mostrar la paz romana como un desastre humano y económico, en la destrucción del modo de vida de los pueblos originarios. Desideri lo indicaría como la anulación  de una individualidad étnica. Para Bancalari se trata de la problemática entre conquistadores y conquistados, de la libertas y el servitus. Aun así, finaliza que este discurso es un recurso estilístico de Tácito.



[1] p. 65 (ver M. Millet, The romanization of Britain. An essay in archaeological interpretation. Cambridge University, Cambridge, 1990. esp. Pp. 1-3.
[2] p. 74.
[3] p.75 ver autorer como R. Reece, Webster y Mattingly.
[4] Miles. Roman and Modern
[5] p. 76 y 77.
[6] p.80
[7] Ver. “Britannia, origin myth and the British empíre” y “Resistance and domination: social change in Roman Britain”
[8] P.82 a 85
[9] P220-221

domingo, 8 de julio de 2012

Analísis del artículo "Resistencia y/o Revolución" de Catherine Heau Lambert

        





          
             Este artículo el cual habla de la resistencia de los pueblos frente a la dominación, es de gran interés para quienes comienzan a estudiar los aspectos de la oposición creada por los oprimidos, desde su lógica de cultura, su diferenciacion frente al poder dominante y los espacios de poder propio. A mi modo de pensar, el estudio de la resitencia pude ser contextualizado en cualquier época, empezando que los hsitoriadores pueden interpretar los hechos de los hombres desde la perspectiva actual, pero sin dejar de lado los aspectos culturales propios de cada tiempo. Sin embargo la resistencia, es un eje transversal en la historia, cuando hay hay relaciones economicas y de dominación. Por ello, es importante el analisis de este articulo de la profesora Catherine Heau Lambert, quien analiza desde su perspectiva dos libros claves, México profundo de Guillermo Bofil Batalla y Los dominados y el arte de la resistencia de James Scott.
             Hay una nueva perspectiva tanto de la microhistoria como de la antropología en explicar la vida cotidiana de los pueblos dominados. Así, estudiar las relaciones de poder antes y después de una revolución y plantearse la problemática de la resistencia desde abajo. Heau parte explicando el concepto de resistencia, en primer lugar desde una perspectiva polemológica o del estudio científico de la guerra como fenómeno social, entendida como una acción militar frente a una invasión, para luego ampliarla como los eventos violentos de una comunidad frente a la agresión en algún momento de la historia. Pero en los años ’80, la resistencia se estudia desde la cotidianeidad, como la “infrapolítica” o el “arsenal de los pobres” (p56)
            Dentro de su artículo, Catherine Heau realiza una reflexión sobre el concepto de resistencia en Bonfil en su obra México Profundo y en Scott en su libro Weapon of de Waek.  Donde se investiga las tácticas y las estrategias de resistencia en situaciones de dominación cotidiana, ya que de ello depende su supervivencia. Es probable según la autora, que tales apreciaciones provienen de Michel Foucault cuya obra Historia de la sexualidad,  donde cita “donde hay poder hay resistencia”,  pero agrega que esta  visión resistencia es estructural, según el principio de Arquímides, en el cual  todo cuerpo sumergido en un fluido experimenta un empuje hacia arriba igual al peso del fluido que desaloja. Se apoya en Gramsci, quien señala que el primer nivel de la oposición de las culturas populares a la cultura oficial es por lo general “implícita, mecánica y objetiva
            Ambos autores no se cuestionan el origen de la resistencia, pero si el desenlace, ya que para Scott “la acumulación de resistencias constituye un gran arrecife donde puede encallar la nave del Estado”, ya que la práctica del poder provoca la contrapartida de los dominados, sin la aglutinación de alguna institución política; en cambio para Bonfil la resistencia es organizada políticamente permitiendo la creación de algo nuevo. (p.57)
            Scott, sigue el concepto de dignidad de Barrington Moore, cuyas relaciones economicas y de poder son cruciales. Bonfil reflexiona a partir del control sobre su propia cultura, y que va más allá de las clases sociales dando la posibilidad de dar el enfrentamiento de una cultura dominante (imaginario) y la resistente o dominada (profundo ). Así, se tranzan en sectores desiguales en lo económico, pero también en la etnicidad. El concepto de dignidad  para Scott, es el respeto a las personas y a las tradiciones, lo que para Bonfil es el control de los recursos, organización social y del sistema simbólico. Scott advierte que la estructura de la dignidad es un campo no apreciado en la explotación material. Cita la autora que para ambos eruditos, “los caminos de la resistencia forman una intrincada red de estrategias que ocupan un amplio espacio en la cultura y en la vida cotidiana de los pueblos”.
            Bonfil demuestra en sus estudios que la opresión no es sólo económica, sino que también es cultural en gran manera, que en otras palabras se habla de “civilatoria”, pero el mundo local proyecta otra configuración cultural.  (p.58).
            En comparación con Scott, el estudio de las culturas subalternas enfatiza las formas cotidianas de resistencia. Bonfil la expone como una acción comunitaria traducida como un actor social. Mientra Scott, los ubica entre los individuos que compartes espacios ocultos de sociabilidad.
            Catherine Heau, comienza el comentario de la obra de Scott,  Los dominados y el arte de  la resistencia. Discursos Ocultos (2000), en donde se realiza un análisis ideológico-discursivo de la resistencia en el amplio sentido que las prácticas culturales deben ser leídos como “textos”. De esta manera, Scott se enfoca en las prácticas “discursivas” (bajo la influencia del giro lingüístico). Para comprender, Catherine da a entender, que el giro lingüístico es una escuela de análisis social, en la cual el discurso representa y construye realidades, y no se explica  a partir de grandes paradigmas, sino que toda práctica es un texto, que debe ser interrogado en sí mismo y como parte de un sistema de significación. Así,  cada “lectura” depende del autor que lo decodifica e interpreta según la cultura de su grupo. Autores importantes con respecto a ello, es Hayden White y Clifford Geertz. Pero se pone en claro, que la interpretación individual o colectiva, corre el riesgo de dejar de lado lo “material” y lo “institucional” y de caer en el hiper-relativismo. (p.59)
            Así, Scott enfatiza las prácticas discursivas, apoyándose en E.P. Thompson con su obra la formación de la clase obrera inglesa para mostrar que las prácticas discursivas pueden decantar en prácticas políticas. E.P. Thompson, ubica claramente la política en las condiciones materiales de vida cuya expresión será el discurso de la resistencia, no al revés, cosa en que cae Scott, quien oscila entre lo ideológico discursivo y lo material.
            Para la autora, se puede ubicar en un mismo contexto el México Profundo de Bonfil como el Weapons of the Peak de Scott, ya que ambas plantean la misma problemática de la resistencia de los oprimidos en la larga duración, mediante tácticas y estrategias cotidianas de supervivencia, que resultan en el fondo, rechazos e impugnaciones en las relaciones de poder. (p.60). Bonfil explica la resistencia en las practicas culturales que son las condiciones materiales de vida cotidiana. La existencia de esto es un desafío para la cultura occidental. La persistencia es resistencia.  El control sobre los recursos, organización social, sus conocimientos, sistema simbólico y obviamente sus discursos.
            Heau Labert, explica en Scott que cuando la dominación en la coerción pone en riesgo la supervivencia existen mecanismos para impedir la apropiación material de su trabajo, la llamada infrapolítica de los desvalidos, pero de forma paralela hay elementos culturales  que preservan en la dignidad del oprimido. (p.61) Por ello, Scott elabora el discurso oculto que expresa las maneras en que se vive la opresión. Los discursos ocultos fraguan las armas de los débiles. Precisamente, en la obra Los dominados y el arte de la resistencia, se adentra en la construcción lingüística de la resistencia, y el discurso se convierte en el arma del dominado. Lo interesante es la crítica de Heau para los conceptos de hegemonía, falsa conciencia e ideología  los cuales y como son utilizados por Scott. La hegemonía lo entiende únicamente como aceptación inconciente de la ideología dominante por parte de los dominados (p.62), una especie de naturalización en las relaciones de poder. Los conceptos analizados provienen del teórico Antonio Gramsci, quien explica que la ideología es una realidad objetiva y operante. Por ello, la ideología dominante no es una droga, que adormece las masas, sino que igual permite la reacción crítica, la protesta y la rebelión. Justamente, es históricamente orgánica, generan conciencia y lucha. De hecho, Gramsci no destaca la “falsa conciencia” como creada desde la ideología, sino mas bien  por su eficacia histórica y política y su fuerza cuasimaterial que es la solidez del conocimiento popular. (p.63)
            La hegemonía, según Gramsci, parte desde la etimología, significa: conducir, guiar, estar al mando. Así, en primer lugar, el grupo social dominante, genera coerción o bien dirección intelectual o moral, también el grupo social es dominante sobre sus adversarios pero es rector frente a sus aliados. Y puede ser rector antes de la toma del poder. Por lo tanto, hegemonía  es la capacidad de conducir, de conquistar alianzas y es la base social al Estado. Orienta la acción política, de parte de una elite critica, y por ello existe la necesidad de romper con el conformismo. Para Heau Lambert, no respeta el trabajo epistemológico esencial, el donde y cuando, (p.64) ya que los estudios de Scott se basan en regimenes autoritarios, donde la dominación se evidencia claramente en la coerción, un control social basado en al represión, pero la hegemonía se usa en los  regímenes donde existe la persuasión y el consenso. Por ello, según Heau, es totalmente anacrónico y equivocado hablar de hegemonía en los gobiernos antes del periodo burgués-democrático. Deja claro, que un esclavo rechaza su situación, que su discurso no puede cambiar las formas de dominación impuestas, pero puede crear conciencia y organizar espacios de sociabilidad liberativa y esperar la coyuntura que le sea favorable.
            Dentro de los espacios de sociabilidad o de la infrapolitica, los defectos para los dominantes, se convierten en virtud para los dominantes, el estigma se convierte en virtud en el ámbito político (p.65). Para finalmente terminar con la transformación del discurso oculto en un discurso publico. De esta manera, Scott explica el consentimiento y al sumisión, no en las bases gramscianas, desechando toda aglutinación, sino mas bien dentro del ámbito del discurso oculto, fuera de escena, lejos de la mirada dominante, pero que se puede transformar en discurso publico cuando las condiciones son favorables, generando confrontación y rebelión abierta (p.66).
            Scott desmenuza los pequeños hilos de la resistencia en la cotidianeidad, evidenciando las tensiones a una escala micro, no hay un eje social que aglutine el movimiento (comunitario, político o religioso), pero para Heau, puede presentarse de las dos formas con un eje o sin él. Ejemplifica con el caso del campesinado mexicano, que trató de construir su propia hegemonía, entendida como una ideología comunitaria con sus bases materiales y simbólicos, partiendo desde su propia cultura, en paralelo con el discurso publico dominante. Por ello, Heau vuelve a insistir, que la hegemonía, en un sentido gramsciano es un proceso de construcción (p.67) o bien como un estado que consolida sus relaciones de poder con el Estado, por ello la historia de los oprimidos abarca también esta premisa.
           El autor de Los dominados… rechaza tal proceso hacia la toma de poder y la hegemonía  gramsciana y estudia las formas cotidianas de resistencia ya que para él son en una escala de análisis el primer eslabón de la resistencia política. Esto lo hace siguiendo Barringtom Moore, donde indica que “una de las principales tareas culturales que enfrenta cualquier grupo oprimido consiste en minar y hacer explotar las justificaciones del estrato dominante (…) dicho estrato dominante no cumple con las tareas que afirma cumplir y por lo tanto viola el contrato social especifico de los estratos dominantes que no cumplen con el contrato social.”(1989:92).
            Por ello, para escalas micro, el trabajo de Scott es magnifico, ya que es posible la asimilación un conglomerado de resistencias a un movimiento político. El forjar una conciencia política, tiene que forjarse el actor social o sea una identidad social colectiva (p.68) por ello, citando a Scott “…la resistencia contra la dominación ideológica requiere una contra-ideología –una negación-  que ofrecerá realmente una forma normativa al conjunto de practicas de resistencia” (2000:147). Y para Heau esa “normativa general” es la construcción de la hegemonía de Gramsci, que es pasar del discurso a la acción.
            Heau Lambert analiza brevemente la otra influencia Scott en su obra Los dominados…, el cual es Pierre Bourdieu, y la pertinencia del estudio de los espacios simbólicos y reales del poder, planteando Scott la territorialidad del discurso oculto, como espacios propios autónomos, indispensable para el eslabón de ideas. Scott propone recordar a los científicos sociales que mas allá de los grandes estallidos sociales existe un infrapolítica cotidiana de resistencia, ya que las prácticas discursivas fuera de escena mantienen la resistencia y son mas que una válvula de escape (p.69). La infrapolítica es el sentido funcional de la política en si misma. (p.70)
            Para Heau, las formas de resistencia cotidiana anticipan, preparan y acompañan el trabajo político, pero por sí sola no la reemplazan. Para saltar a la esfera política, necesita la mediación o la aglutinación, que las potencien para confrontar eficazmente al poder dominante. En ello Scott se cae…


lunes, 2 de julio de 2012

La Historia de los Marginados Parte II



              Esta intolerancia y discriminación religiosa cambiaría con los principios de la Ilustración, donde se propiciara los ideales de la libertad, igualdad y fraternidad, junto con valores ligados a la diversidad y la tolerancia. Un camino difícil, ya que muchos de los que lucharon por estos valores dieron su vida en los innumerables intentos, desde La independencia de los EE.UU (1776), la Revolución Francesa (1789), la emancipación de países latinoamericanos, las revoluciones liberales y obreras del siglo XIX. La lucha contra la reacción monárquica de raíces católicas y medievales caracterizó el siglo XIX. De esta manera, otros discriminados eran los obreros de la revolución Industrial, quienes eran marginados política y socialmente por la burguesía capitalista-liberal, creando formas de resistencia, solidaridad y fraternidad generando una fuerte conciencia social Un ejemplo claro fue la lucha en las calles de Paris en 1871, cuando el proletariado francés instauró un gobierno llamado “La Comuna”, resultando en la muerte de más de 20.000 personas. La disputa por la integración se distinguirá en la guerra civil de los Estados Unidos (1860-1865), en donde el sur continuaba practicando la esclavitud a los seres humanos de color. Terminada la guerra, todos los hombres eran libres en EE.UU.

            El siglo XX, es el siglo de las luchas contra la discriminación pero también de los actos  más vergonzosos de la historia de la humanidad. La Europa, además de sufrir dos grandes guerras mundiales, es testigo de la muerte de más de 6.000.000 de judíos, quienes por ser de una etnia diferente, son encerrados en gettos y exterminados en campos de concentración, discriminados en todos los territorios ocupados por el nazismo. La URSS, la tierra del triunfo obrero, las esperanzas que entregaba el marxismo, cambia por la fuerte represión contra diversidad de pensamiento, la dictadura de Stalin eliminó todo aquel que pensaba diferente a su ortodoxia, trayendo consigo a mas de 10 millones de victimas.

            La discriminación racial continuará especialmente en los Estados Unidos, las personas de color eran segregados en todos los espacios públicos. Vergonzoso era observar lugares exclusivos para blancos y lugares especiales para negros, con el valor adicional de la calidad del espacio además del acceso a la educación universitaria. La discriminación se agravaba con la aparición de una secta racista, el Ku Klux Klan la cual ejecutaba actos de horrible violencia sobre las personas de una pigmentación diferente. Personajes cono Martin Luther King y Malcom X lucharon por la integración y la obtención de espacios comunes. Un situación análoga se vivía en Sudáfrica, con el Apartheid, donde los negros no gozaban ni los espacios y derechos igualitarios frente a la población blanca. Nelson Mandela, un activista negro es encarcelado por la lucha de la igualdad, siendo posteriormente presidente de Sudafrica, eliminado la segregación y la discriminación racial.

            Entramos de lleno a una forma de hacer historia “desde abajo”, se puede construir un relato que trata de ser lo más veraz a este problema de los marginados. Una reflexión sobre la temática en definir conceptualmente lo que es un discriminado, en el fondo son aquellos que no están acorde al “establishment”, o sistema imperante que genera marginados incluyéndolos o excluyéndolos según sus necesidades.

viernes, 22 de junio de 2012

La Historia de los Discriminados Parte I


               Esta es una primera instancia de mostrar una nueva cara de la historia, saliendo de los parámetros de la historia de la elite dominante y su moral, la cual deja de lado a los sujetos que no pertenecen a esa escala de valores sino que más bien son de los márgenes de la sociedad. El interés por la historia de los discriminados, comienza con Carl Marx en el siglo XIX, con los obreros de la Revolución Industrial, y en la década del 60 en pleno siglo XX, con los movimientos de contestación en contra de los valores de la sociedad contemporánea.

            El concepto discriminado, ha ido tratando, como la “protección de carácter extraordinario que se da a un grupo históricamente excluido, especialmente por razón de sexo, raza, lengua o religión, para lograr su plena integración social. Desde los eventos del 68, se denuncian y se han expuesto los tipos de exclusión, algunos menos provocativos como otros acompañados de gran injusticia, lo cual ha generando en la actualidad una actitud de conciencia social. La discriminación va de la mano con los valores socio-culturales y los valores socio-económicos. Esto implica las relaciones de producción y la ética jerárquica de valores sociales decantando en una noción de exclusión.

            Así, la discriminación histórica en el mundo antiguo se caracteriza con el concepto de “bárbaro”. Esta noción viene del mundo griego, para referirse tanto a todo aquel que no hable la lengua como al que no cultiva la cultura griega. También, en la polis griega los extranjeros no tenían voz en las decisiones políticas. Asimismo percibidos como inferiores en el conflicto. Recordar la arrogancia del espartano hacia los persas en las guerras médicas. Alejandro Magno trataría de integrarlos culturalmente al mundo griego. Para el caso romano, la barbarie era todo aquel que se marginaba de la cultura romana, y por lo tanto sufría discriminación. El asunto de los judíos, desplazados por sus costumbres y por el mito de ser personajes viciosos y contaminantes. Los primeros cristianos, sufrieron no solo la segregación sino también la persecución, por el cuento de ser caníbales, incestuosos y traidores al Estado Romano.

            En los primeros siglos del Medioevo, había un pensamiento religioso y teocéntrico. El discriminado era aquel que trabajaba con labores económicas o bien cumplían trabajos necesarios pero repudiables para la sociedad. El verdugo, el prestamista (generalmente judío), el mercader y el intelectual, ya que la base de su oficio es la sangre o el dinero. No así, el mendigo, el leproso o el loco, que en cierta manera eran amados por Cristo y entes para practicar las buenas obras y obtener la salvación. Ya del siglo XIII en adelante, con las cruzadas y los contactos con los mercados orientales, las ciudades comenzaron a crecer y poco a poco, la marginalidad se invierte. Se imponen el pensamiento burgués y económico. De este modo todo debe tener una utilidad, adquiere valor el trabajo y el orden social, así los pobres, los leprosos y los locos, son excluidos por no cumplir el perfil que comienza a surgir y dominar. Los mendigos son posibles criminales, los segundos dan inseguridad y los terceros son fuente de vergüenza, por lo tanto deben ser incluidos forzosamente o castigados, alejados o bien encerrados. Pero a la vez, la marginación social va de la mano con aquellos que no pensaban de manera similar a la Iglesia Católica, la cual dominaba los espacios culturales. La marginalidad es sufrida por musulmanes y judíos por sus creencias, ya que para el católico medieval eran infieles o traidores por rechazar a Cristo. El combatirlos era recompensado por la Iglesia a través de las indulgencias (perdón de los pecados certificado). Dentro del mundo cristiano, el intelectualismo propiciaría el pensamiento crítico, y eruditos fueron percibidos como herejes y condenados por favorecer ideas no acordes con el catolicismo. Esta mentalidad se proyectaría a la Reforma Religiosa, donde existió una discriminación mutua entre católicos y protestantes, reflejada en la Matanza de San Bartolomé en la Francia del siglo XVII, en ella 10.000 protestantes fueron víctimas de la intolerancia católica.

jueves, 22 de diciembre de 2011

Un comentario sobre "Britania: Un nuevo reto a la romanización". Viviana Boch de Boldrini

           
            La autora argentina dentro de este artículo quiere dar a conocer las características de la invasión romana a la isla de Britania, los rasgos de los pueblos britanos e investigar las causas de las insurrecciones. Estos serían los principales objetivos de su trabajo para la interpretación del comportamiento de los pueblos isleños a la romanización.
            Para la autora, Roma debió usar un ingenio agudo para imponerse en Britania, por ello el pretexto de romper las hostilidades fue el mal trato de parte de los nativos a los comerciante romanos, que ya habían creado una red comercial, pero para le emperador Claudio era buscar la satisfacción del ejercito y restituir el flujo económico y por otro poner fin el druidismo, corriente religiosa que atravesaba el alma nacional del pueblo britano y del mundo céltico.
            Claudio logra la victoria y hace de la región meridional e isla un foco de explotación industrial y comercial, aun así debe hacer frente a la insurrección del líder trinobante Caractaco, que gracias a la ayuda de la reina brigante Cartimandua logra apresar y llevarlo prisionero a Roma. Posteriormente, en época de Nerón, el gobernador Suetonio Paulino continua la práctica del exterminio druida atacando la Isla de Mona, pero debe hacer frente el nuevo levantamiento nacional, en manos de la reina icena Búdica, producto del cambio de política, pasando el reino iceno de un protectorado a un dominio directo por parte de Roma. Esta insurrección se combina con la los abusos por parte de los romanos a los habitantes nativos y la hostilidad por parte de estos últimos sobre los colonos y la población romanizada. Tal rebelión es aplastada, no obstante, Venuncio, marido de la reina Cartimandua, se yergue en rebeldía siendo aplastado por los romanos. Por último. Agrícola, intenta la conquista al norte de Britania, fracasando al final de su gobierno la chance de someter las regiones de la Caledonia.
            Para la profesora Boch, Britania es un mundo indómito, producto que no hubo una fácil conquista y aculturación por parte de Roma en este territorio celta. Por lo tanto, la resistencia se fundamenta en las características del pueblo britano, ya que hay que tomar en cuenta su estado de desarrollo tribal, una aristocracia terrateniente con lazos clientelares y una organización social basado en druidas, caballeros y plebeyos.
            La nobleza del sur de Britania, estaba ya bastante unida a Roma y fue fácil ser sobornada y romanizada, aceptando ser reyes vasallos del Imperio. Aun así, la resistencia  para la profesora argentina, se basa en tres aspectos de importancia. La primera corresponde a los reyes célticos, ya que daban una firme unidad y cohesión, eran autónomos, eficientes y lo más importante era su sacralidad y misticidad, implicando así unión del pueblo a su persona. Esto explica bien el caso de Búdica, que en torno a su figura es capaz de crear una unión de varias tribus contra Roma. Pero pueden perder legitimidad entre la gente y ser sacados de su puesto, como es el caso de Cartimandua.
            En segundo lugar están los Druidas, partiendo de que son una institución pancéltica, los cuales están unidos al poder real, especialmente en el britano. Estos personajes, cumplían diferentes funciones en la sociedad celta, pero tienen gran influencia en cuanto a la política, educación y justicia, por lo tanto eran un fuerte obstáculo para el proceso de romanización, ya que además representaban el espíritu guerrero y la resistencia frente a la conquista. Por ello, son comprensibles las políticas de Claudio y de los gobernadores de Britania frente a esta institución. Es mas, cuando fueron desalojados de la isla Mona, buscaron refugio en las islas que estaban fuera de la dominación romana, como Icolmkill.
            Un tercer aspecto, el cual no esta muy profundizado es el mundo rural britano, el cual para Boch de Boldrini aun se encontraba en un estado prerromano, en sus costumbres, lengua y creencias, y que se contrastaba fuertemente con el mundo urbano britano-romano, ya que en ella se adhería a los procesos romanizadores la aristocracia local.
            Al concluir, la conquista de Britania comienza como una campaña con objetivos económicos, pero que una vez consolidada, resulto en un nuevo desafío, ya que no solo se consta de una conquista territorial como tal, sino que también en un reto en la mantención y sometimiento del pueblo, que seguía a sus reyes y su religión.

sábado, 6 de agosto de 2011

El Queso y los Guzanos. Comentarios sobre su introducción.


La obra de Ginzburg partiendo desde su prólogo, lleva  las ideas de la historia de quienes no están en la historia, confeccionada desde un principio por los fundamentos de la “gesta de los reyes”, pero no de quienes estaban bajo estos grandes personajes, implicando en la historia de los anónimos y desconocidos. Entra de lleno en la problemática de las fuentes en la clases subalternas, que traten sobre el comportamiento y actitudes  de éstas, dando a relucir el tipo  testimonios usados en la expediente judiciales, listas de lecturas y formas de interpretación realizadas por Menocchio, lo que generaría un corpus fragmentario de esta “cultura popular”. El autor pone sobre el tapete, la diferentes concepciones con respecto a la “cultura de las clases subalternas” que han sido definidos como tradiciones del folklore. Pero el término cultura es un concepto prestado desde la antropología cultural, lo que envolvería teóricamente a una cultura primitiva. Esto no enseñaría el folklore como mera curiosidad aislada propia del vulgo, sino que pasaría a ser parte de una circularidad entre los subalterno y lo dominante. Esto llevaría a una reflexión de metodológica, donde Ginzburg dice claramente “… en comparación con los antropólogos y los investigadores de las tradiciones populares, el historiador parte en una notoria desventaja. Aun hoy día la cultura de las clases subalternas es una cultura oral…” Esto indicaría, que el historiador debe echar mano a las fuentes escritas que están ligadas a las culturas dominantes así como las arqueológicas, generando una doble vía indirecta a la cultura popular de época, conllevando a una serie de filtros y deformaciones.

            Así, Ginzburg da comienzo a una serie de revisiones del estado del arte más destacado en torno a la investigación de la cultura popular, cintando en primer lugar a Mandrou, indicando una coordenada que no trata sobre la producción de cultura popular sino en la imposición de cultura desde los sectores dominantes hacia los subalternos. Mandrou se había basado en libros que se vendían en ferias o mercados en las poblaciones del siglo XVI y XVII, la llamada literatura colportage. Ginzburg critica a Mandrou, por el hecho de dar por sentado el triunfo de la imposición cultural a un sector social pasivo, analfabeto, sin vislumbrar la reconstrucción de una cultura que es inminentemente oral. El autor italiano contrasta esta visión con la esbozada por M. Batchin y su obra Rebelais.  Para el autor ruso, esta confrontación de la cultura dominante y popular se expresa en el carnaval, especialmente en los países meridionales, donde se matizan lo dogmático y lo pedestre, revelando un choque pero también una circularidad entre subalternidad y hegemonía. Ginzburg destaca la descripción de los personajes populares. Para el autor italiano, el tema de las fuentes es primordial, ya que se destacan trabajos bien elaborados a pesar de la pobreza de los documentos, subrayando las obras de N. Z. Davis y E. P. Thomson. Ginzburg saca a relucir al M. Foucault, con su Historia de la locura, trabajando temas como las barreras y restricción que han dado forma a la sociedad occidental, investigando a quienes han sido excluidos. Se van entremezclando tipos de fuentes  como son los de tipo de judicial y psiquiátrico, resultando en la intersección del lenguaje de la exclusión. Así, el caso paradigmático caso de esta obra Foucaultiana, como el de “Pierre Riviere”, el cual es enajenado y no se puede realizar una interpretación coherente con respecto a las fuentes, sino más bien una descripción del  asesino que vaga por los bosques, cayendo en un populismo que no resiste análisis.

            El inconveniente de la documentación, en el caso de la cultura popular es casi siempre indirecto, para problemáticas que pueden salir a la luz y ser tratadas en una posterior investigación. Asimismo, Ginzburg lo vivencia con su obra Benandanti , cuyo objetivo era la representación de la brujería en los propios protagonistas, en este caso la bruja y el brujo, encontrándose que la barrera documental era infranqueable. De esta manera, sale a al luz el personaje principal de la obra estudiada, Menocchio, el cual es clave para comprender las creencias populares campesinas, que se van mezclados con un radicalismo religioso, utópico y de renovación social.

            Igualmente, entramos a una crítica a la forma de hacer la historia de los sectores subalternos, que es la Historia Seriada, que deja de lado lo cuantitativo y pone por encima lo cuantitativo, usando las técnicas de la demografía y de la sociología, trabajando solo el “el número y el anonimato”, decantando en el silencio de las clases inferiores. El autor italiano, destaca el uso del lenguaje, ya que ofrece una gama de posibilidades, rastreándose así una serie de elementos que pueden ser comenzados desde los archivos judiciales con literatura contemporánea, generando y vislumbrado una cultura rural dentro de un contexto histórico, gracias a un corpus que de por sí es fragmentario y que pertenece al mundo de la dominación. Por ello, hay una relevancia entre una forma de problematizar, investigar e interpretar a través de lo cualitativo ante lo cuantitativo en la temáticas subalternas.

            El caso de Menocchio,  indica u cosmos de posibilidades, como una tradición oral antigua, temas humanísticos como la tolerancia o la moral, que se extraen en su dialogo con los inquisidores, implicando una influencia externa pero que también existe una raíz tradicional campesina. En otras palabras, introducción a la racionalidad del personajes o su visión del mundo. En este sentido, Ginzburg ingresará a una fuerte crítica a la historia de las mentalidades, que busca lo común entre el gran personaje y el último de sus subordinados, una especie de colectivización del pensamiento. Lucien Febvre “caerá ­­en una trampa”, buscando las coordenadas que guían una mentalidad o psicología colectiva, lo que envolvería dejar a la masa subalterna, sin una identificación propia, por ello Ginzburg en vez de usar el termino psicología colectiva prefiere el de cultura popular.

            Así dentro de los hechos exclusivos donde es protagonista este molinero se toma en cuenta, el contexto de época en el cual se desarrollan, donde existen dos directrices, la primera  la invención de la imprenta, para una triangulación de la historia oral con lo escrito, y la Reforma que impregnara al pueblo en una motivación de expresión de sus ideas, como es el caso de los anabaptistas, de esta manera Menocchio seria el eslabón perdido de una cultura popular que hoy no existe pero que puede ser reconstruida.



[1]Ginzburg, M. (dir.)

sábado, 2 de julio de 2011

Descentralización y autonomía. Revisión y Reflexión histórica para la Región del Bio Bio. Parte III


               El centralismo hace su aparición luego de la guerra civil entre conservadores –los cuales eran centralistas – y liberales, venciendo los primeros, Concepción fue la ciudad que representó a los liberales y provincialistas autonómicos en la guerra civil, perdiendo con ello a su defensor y líder Ramón Freire. De esta manera, para algunos, la republica obtiene el orden deseado, bajo un régimen fuertemente autoritario, centralista y presidencialista[1]. Se crean una nueva constitución en 1833, al cual regirá Chile hasta 1925, desplazando al opinión y le poder decisión de las provincias hasta hoy día, generando una cultura centralista, peticioncita y dependiente de la capital. El Art. 116, indica que cada provincia residirá su administración en manos de un intendente, quien será designado por el presidente, quien es agente natural e inmediato y en art. 117 tendrá a su mandato a los gobernadores que también son designados por el presidente y son de confianza del intendente y estos tedian sujetos a los regidores de las comunas. Se disuelven las asambleas provinciales, se crea una cadena de administración y de decisiones políticas basada en la verticalidad y poderes de represión de gran fortaleza en manos del primer mandatario.  Según Catalina Saldaña, resulta evidente que un Estado penetrante tiene también la posibilidad de afectar negativa o positivamente los intereses de los distintos grupos de la sociedad; por lo tanto, si el régimen de gobierno es lo suficientemente autoritario como para permitir que quienes detenten el poder no tengan necesariamente que prestar atención a las peticiones y protestas de dichos grupos, cualquiera que sean, éstos tratarán tarde o temprano de cambiar el régimen para prevenir que las autoridades puedan hacer vales todo el poder estatal a su solo arbitrio.[2]
              Concepción en una primera instancia aceptó, pero apenas aparece la oportunidad buscaba el medio de hacer valer su voz en este contexto centralista santiaguino. Ya en 1851, se origina una revolución contra el autoritarismo, la falta de participación, el subdesarrollo provincial. La burguesía local penquista, levantando a su propio candidato presidencial el cual pierde la las elecciones frente a Manuel Montt, generando así el movimiento revolucionario anticentralista. Ellos ni buscaban la disolución de la republica ni la independencia, sino un cambio de estructura que favorezca la autonomía, la libertad y la democracia local. Aun así, santiago aplasta la sublevación en la batalla de Loncomilla[3]. Para algunos, termina aquí el protagonismo de Concepción en la lucha con santiago por el poder nacional y la descentralización.  Un nuevo intento se da en 1859, a pesar que la participación de la ciudad enquistas tuvo una breve participación su centro neurálgico fue la  ciudad de Copiapó, bajo el liderazgo del empresario minero y liberal, Pedro Leon Gallo. La ciudad de Concepción se da cuenta de la inutilidad de la lucha política armada y se dedica al desarrollo y progreso de su territorio.
            Durante los siguientes 75 años, ganándose la confianza del gobierno central comienza una era de prosperidad para la elite penquista, creándose instituciones que le permiten generar su propia administración, ganando autonomía e identidad. Se crea así, el Club Concepción en 1867, centro social, de negocios y del lobby de la elite penquista, lugar donde se tomarían decisiones de gran importancia económica y política. Se da inicio  a la actividad financiera local con el Banco de Concepción en 1871. La Sociedad Agrícola del Sur en 1881y también la prensa local con periódico llamado el diario el Sur en 1882. en 1919 se funda la Universidad de Concepción. De esta manera la ciudad del Bio Bio, logra generar por iniciativa propia ser parte del progreso nacional y regional, generando con el tiempo fundamentos para que las provincias sean consideradas desde el centro gubernativo. En 1890, se decreta la ley de comunas autónomas, dando derechos a las municipalidades de elegir y decidir sobre ciertas materias, sin tener las tutelas del intendente y de los gobernadores, liberalizando las instituciones políticas y generando cierta descentralización local[4].
En 1925 se crea una  nueva constitución para la republica, en ella la descentralización tiene un nuevo cariz, en el cual durante el periodo que estuvo vigente tal carta fundamental se realiza la primera regionalización como tal. El objeto de tal cambio reside por un modelo económico desarrollista, que busca el progreso económico del país bajo un paradigma keynesiano, con una importante participación de Estado[1]. De esta manera, gracias a esta constitución, Concepción y su entorno tendrían una contribución especial en el área industrial, pesquero, minero y silvo-agropecuario. Así, el art. 94 de esta constitución indica que cada provincia seria gobernada por un intendente asesorado por una asamblea provincial designada desde las municipalidades, podrá disponer de la administración del presupuesto y realizar peticiones mediante el intendente al poder central. A pesar de que la región participa de la dirección, políticamente no tiene gran ingerencia, es más, aun hay un fuerte control de parte del gobierno, ya que no hay una aportación ciudadana directa y los procesos de relaciones es vertical y jerárquica. Después del golpe de Estado de 1973 y la instauración del gobierno militar, esto cambiaria a un centralismo aun más estricto, sin asambleas provinciales y los alcaldes seria designados desde el poder central además de lo explicado en las primeras hojas. La nueva constitución de 1980, proporcionaría las directrices de un nuevo centralismo y una regionalización que en realidad responde a un sistema económico neoliberal de poca participación ciudadana, donde Concepción a pesar de de tener un fuerte espíritu regionalista, depende de un poder central que aun decide en el fondo el destino de su gente.
            En conclusión, la participación ciudadana es fundamental en todo proceso democrático que se expresa en la elección de sus dirigentes, respetando la soberanía del pueblo chileno, pero resguardando los intereses de quienes son de región. Esto generaría un mayor desarrollo de cada unidad territorial. Concepción históricamente ha tenido siempre las condiciones de gobernarse autónomamente, desde el principio de la conquista y de la colonia. Por otro lado, Santiago le debe mucho a Concepción, ya que mientras sacrificaba su desarrollo en pos de la mantención de la paz, Santiago se enriquecía y se desarrollaba junto con el puerto de Valparaíso. Además, fue un pilar de la Independencia de la nación, un actor y defensor importante de las reivindicaciones regionales tanto en actividades que reforzaron su idiosincrasia como en la guerra armada contra Santiago. El fuerte centralismo santiguino se refleja en la escandalosa cifra del presupuesto nacional, en la cual el 73%  de este se destina a la capital y el 17% a las regiones,[2] ¿Cómo se puede hablar de descentralización  y de desarrollo regional?
            El ejemplo español es una vía que se puede imitar. Concepción tiene una historia y una identidad, un territorio en el cual ah estado, crecido y vivido. Pero una copia con un presidente y un parlamento es un sueño lejano, producto de la cultura del chileno en general. Desde 1833 hasta la fecha, el centralismo es el referente de gobierno, cada paso descentralizador es visto con desconfianza por las elites comerciales, que tienen sus centros de acción en la capital y sus inversiones en cada rincón de país, para ellos no sería factible discutir con cada presidente regional y un parlamento que toma decisiones políticas que afectarían sus intereses. Los dos grandes entes políticos, que se preocupan del poder que ejercen desde la capital a sus subsidiarias regionales, verían minimizados sus influencias, al aparecer partidos y movimiento exclusivamente regionales y que probablemente tendrían otros tintes y objetivos políticos, lo que daría el trabajo de nueva, ente canalizar las redes clientelares. Por último, el Estado de Chile se maneja desde Santiago ¿dejaría el poder político total? ¿Tendría la confianza de entregarlo? ¿el poder ejecutivo y el legislativo darían un pie al lado por las iniciativas regionales? Históricamente, jamás han dando un paso importante a ello.


[1] Ibidem. 456
[2] Bancalari, Alejandro. Historiadores chilenos frente al bicentenario. Comision Bicentenario, santiago. 2008. p. 420


[1] Montecinos, Egon, op. cit. p. 449
[2] Saldaña Lagos, Catalina, op, cit. p. 181.
[3] Montecinos, Egon, op. cit. p. 450.
[4] Ibidem, . p. 454